Finaliza la temporada deportiva 2018/2019 en el Club Virgen del Mar de Palomos Deportivos. Los palomistas no sólo han participado en los trece concursos locales, sino que también lo han hecho en Comarcales, Intercomarcales, Regionales, Baix Vinalopó, etc.

El lugar elegido para reunir toda la familia de los palomos deportivos santapolera no es otro que un restaurante situado a escasos metros del mar. En la tranquilidad de las mesas compartidas afloran cientos de anécdotas, risas, recuerdos, alegrías, penas, “aquel concurso que perdí por un punto” o “aquella paloma que dio vuelta toda la clasificación”.

Desde los amplios ventanales de la primera planta los comensales pueden ver el rayo de luna reflejándose en los vidrios de la sala. Es como si el mar acunara a todos los allí presentes, ese mar que magistralmente describió Josep Pla en su Cuaderno Gris: “La noche era soberbia y las estrellas brillaban con una pureza de diamante. No había ni viento, ni llanto, ni misterio: sólo se oía la respiración cansada del mar. El momento era tan sublime, el lugar tan ideal y había sobre la tierra una dulzura tan fina y un jadeo tan reposado, que todo llevaba a pensar que algo debía producirse. Este silencio del agua al filo de la playa sobrecogía, como si nos encontrásemos en un ambiente de misterio”.

Con el cercano mar de testigo llega el tiempo del reposo, de la pelecha, de los pichones, de la ilusión, de volver a creer que la próxima temporada será igual o mejor que la presente.

¡Feliz descanso familia  palomista santapolera, bien merecido lo tienen por mantener viva la pasión de nuestro deporte autóctono valenciano y por ser tan buenas gentes!