Nuestro Deporte

¿Qué es la colombicultura?

La colombicultura es una actividad deportiva reglada que hunde sus raíces en la Edad Media, en tiempos de los Reyes Católicos, introducida en la Península Ibérica por los árabes, al parecer como medio de recreo.

La afición a los palomos deportivos, tiene en España una gran solera.

Hoy es un deporte genuinamente español, que demuestra el carácter y la genialidad de nuestro pueblo, al utilizar los palomos para desarrollar una actividad deportiva con unas facetas sociológicas poco comunes.

El español, que es una persona de trato afable y muy original en sus manifestaciones de todo tipo, supo ver en los palomos algo más que un animal útil para fines comerciales y comenzó a desarrollar con ellos una actividad, con miras a buscar únicamente esparcimiento espiritual.

Inicialmente, y aprovechando las condiciones enormemente gregarias de las palomas y su gran celo, se empezó por seleccionar machos de gran aspecto físico y porte seductor, que pudieran ejercer atracción sobre las palomas, y así lograr que estos atractivos ejemplares se llevasen al palomar de su dueño, el mayor número de palomas.

Así nació la colombicultura deportiva. Los aficionados a los palomos vieron la posibilidad de desarrollar una actividad lúdica que les proporcionase un entretenimiento que llenase el hueco que había en sus vidas, que discurrían bajo una agobiante monotonía, falta de los muchos alicientes con que cuenta la sociedad actual, ya que, indudablemente, no tenían las múltiples distracciones que ahora disfrutamos.

En Valencia fue donde con más fuerza arraigó la práctica de la Colombicultura, quizás por ser esta afición heredada de la cultura árabe, la cual tienen gran influencia en estas tierras.

Lo cierto es, que en las hermosas tierras valencianas, prendió con gran fuerza el amor a las palomas buchonas. Así se la empezó a denominar por haber conseguido, tras numerosos cruces, un ejemplar de gran porte y soberbio aspecto con un buche muy voluminoso, que le daba un aspecto arrogante.

En la entonces Región de Valencia, como en otros lugares, la distracción que se practicaba con la paloma, en muchos casos, distaba mucho de ser una actividad exclusivamente lúdica y honesta. Esto llegó a crear una alarmante situación, que preocupó a un grupo de honestos colombicultores de Valencia capital, los cuales decidieron organizarse para intentar acabar con el caos reinante.

Este grupo designó una comisión que inicialmente estuvo formada por D. Fulgencio González, D. Eduardo Uhden, D. José Alba y D. Gonzalo Donat.

Esta comisión visitó al Gobernador Civil, al que expusieron detalladamente la lamentable situación en que se encontraba la Colombicultura en Valencia y el constante perjuicio que les ocasionaban los malos aficionados, que utilizaban la paloma buchona para atraer a sus palomares a otras y adueñarse de ellas con lazos, redes, y otras malas artes.

El Gobernador Civil, una vez comprobados los hechos, dictó una circular gubernativa, el 13 de junio de 1908, la primera de estas disposiciones que se daba para proteger la práctica de la Colombicultura.

La publicación de esta orden favoreció enormemente el desarrollo de la afición a la paloma deportiva, que ya se podía practicar bajo unas reglas y contaba con la protección de la autoridad gubernativa.

No obstante, este grupo de colombicultores siguió trabajando para conseguir dar a este deporte una organización más firme y perfecta.

Consecuencia de sus constantes desvelos fue la 2ª circular gubernativa que lograron. Esta se publicó en 6 de abril de 1914, que vino a reforzar la anterior, y en esta ya se contemplaba la persecución y sanción de los actos contra la práctica de la colombicultura.

Esta segunda disposición gubernativa tuvo inmediatas consecuencias positivas para nuestro deporte. En este mismo año 1914 se constituyó en Valencia capital la primera sociedad colombicultura para utilizar la paloma buchona como medio de recreo y distracción.

La sociedad fijó su domicilio en la C/ del Empedrado, y tras varios cambios de residencia finalizó en la C/ Cerrajeros, junto a la Plaza Redonda.

La andadura de esta sociedad no fue nada fácil, ya que tenía que desenvolverse entre graves inconvenientes de clandestinos, desaprensivos y el tráfico incontrolado que con la paloma buchona se hacía en la citada Plaza Redonda, que era (y aún hoy, sigue siéndolo), un mercadillo popular que solo tiene actividad en días festivos.

A la sociedad, constituida de acuerdo con la Ley de Asociaciones, de 30 de junio de 1887, se la denominó, «Sociedad Colombófila Valenciana».

En el año 1919, se constituyó otra sociedad en Valencia capital, la cual se inició con un nutrido grupo de aficionados y en poco tiempo tomó un considerable impulso, llegando a contar con más de 100 asociados que practicaban el deporte de la paloma buchona, de forma reglamentada y bajo un incipiente reglamento de disciplina deportiva.

Por entonces, había también varias sociedades en Valencia, que funcionaban de forma independiente de estas dos. Se tiene conocimiento de dos de ellas: «Peña Roja» y «La Marítima».

El tesón y buen hacer de aquellos colombicultores a los que bien podíamos llamar la generación colombicultora del siglo XIX, logró dar un enorme impulso a la afición a las palomas buchonas y consiguieron llevar a cabo una reunión de todos aquellos «colombaires» que querían practicar su afición de forma honesta y organizada.

Se celebró esta reunión en el Café «El Siglo», ubicado en la esquina de la Plaza de La Reina con la Calle de Paz (hoy ya ha desaparecido).

La Comisión integrada por todos los elementos citados era dirigida e impulsada por los aficionados que formaron parte de la primitiva sociedad constituida en el año 1914: D. Fulgencio González Mataix, D. Eduardo Uhden Darder y D. Ramón Torró Mora.

Se efectuaron las reuniones previas, bajo la presidencia de D. Ramón Torró, designado al efecto para tal fin, acordándose por unanimidad, con el mayor entusiasmo, la elaboración de un proyecto para la constitución de ocho Sociedades o Peñas, a base de ocho reglamentos de tipo uniforme, para régimen y desenvolvimiento de cada una de las entidades las cuales se denominarían «Peña San Agustín», «Peña del Pilar», «Peña San Andrés», «Peña Micalet», «Peña del Carmen», «Peña Saguntina», «Peña San Sebastián» y «Peña Cruz Cubierta».

Ultimados con la rapidez del caso los trámites de confección y de la presentación de los Reglamentos en el Gobierno Civil, y recogidos después los mismos por D. Ramón Torró, se efectuó oficialmente, y en el mismo café «El Siglo», la entrega a cada uno de los señores representantes de las futuras sociedades a constituir, del ejemplar del mismo, y dentro del plazo legal establecido, se procedió a la constitución de dichas sociedades, en la forma prevista para ello, y cada una de estas Sociedades, fijó su domicilio social y el del depósito de palomos recogidos en el lugar reglamentario, ubicado dentro del radio de su demarcación.

Así pues, se inició la primera gran célula organizada, que fue la base para dar estructura administrativa a un deporte muy peculiar, genuinamente español y muy valenciano, a pesar de las profundas raíces que esta práctica tiene en Murcia.

Fuentes: Junta de AndalucíaReal Federación Española de Colombicultura

Documentación de Interés:

  1. REGLAMENTO DE COMPETICIÓN DE LA FEDERACIÓN DE COLOMBICULTURA DE LA COMUNIDAD VALENCIANA (FCCV)
  2. Protección de la Columbicultura y del Palomo Deportivo