LOS NUEVOS GESTORES DE LA FEDERACIÓN DEBEMOS HACER TODO CON MUCHA TRANSPARENCIA

Mira a los ojos y habla claro, más clarito que el agua. Su percepción de la colombicultura está avalada nada menos que por 11 años de palomista, 33 de inspector y 37 como árbitro. Sus opiniones no conocen los grises, son blancos o negros, y eso a mucha gente o la incomoda o la hace un devoto seguidor de sus ideas.

Nos conocemos desde hace muchos años y siempre fue, es y posiblemente será igual, de una sola pieza. Aquella mañana que nos recibió en su domicilio a un grupo de palomistas santapoleros, comencé a ampliar mi conocimiento respecto al personaje: cálido, campechano, hombre de la huerta, cercano, sabio y medido.

Nos citamos en la pinada del Parque de Catarra, repite varias veces a lo largo de la entrevista la palabra “amiguismo” y mi curiosidad me lleva al diccionario de la Real Academia Española, que define esta palabra como la “tendencia y práctica de favorecer a los amigos en perjuicio del mejor derecho de terceras personas”

Antonio Miguel Pérez Guillén “El Piraña” tiene mucho camino recorrido, mucha experiencia, muchas alegrías y disgustos en el mundo de los palomos deportivos, pero de algo estén seguros: es una referencia para jóvenes y veteranos de este mundillo y que conviene leer con atención los conceptos que atesora.

-Preséntate, ¿cómo ha sido tu trayectoria en distintos ámbitos de los palomos deportivos en la Vega Baja?

Comencé en el club de la pedanía oriolana donde resido, Mudamiento La Portería. Allí se juntaba gente mayor, me gustó y competía con palomos sacados, educados y hechos por mí.

-Respecto a las competiciones, ¿eran como las de ahora?

Eran totalmente distintas, volaban 45 palomos de los cuales 3 iban directo al Provincial de Alicante y de ahí a la Comunidad.

-Antonio, cítame los 5 mejores palomos que hayas visto o que hayas arbitrado.

A ver, los 5 mejores los tengo claros. Ahí van:

LA MAZA de la Peña de Antoñín de Novelda, un palomo que volvía muchísimo.

TITÁN de Ángel Jiménez, completo.

REY DE REYES, gavino de la Peña Los Patas de Benejúzar.

JJ, un rojo de Murcia que en un concurso no perdió ni un minuto, tanto en el acople como en las 8 sueltas y

EL FARAÓN de Antoñín de Novelda.

-¿Qué análisis haces de los 12 años de gestión de la anterior Junta Directiva de la FCCV dirigida por José Luis Ros Cloquell?

Han sido muchos años al frente de la Federación y eso para mí presenta cosas a favor y en contra. Entiendo que ha habido mucho “amiguismo” y en general la Federación ha mirado –por sobre todo- el beneficio económico.

-A partir de ahora se abre una nueva ventana de 4 años, con una nueva Junta Directiva, mezcla de jóvenes y veteranos y de la que tú formas parte, ¿qué sensaciones tienes?

Fundamentalmente queremos cosas transparentes en todo y para todos. Debe haber un representante de cada Zona Inter, integrando el Comité de Competición y con el Delegado Regional supervisándolo todo. Hay muchísimas áreas para trabajar y producir cambios, pero debemos elegir los temas que son vitales para mejorar la competición y el protagonismo de los palomistas.

-Antonio, te pido que eches la vista 10 años atrás y me digas qué cambios has notado en la colombicultura en la Comunidad Valenciana.

Te podría hablar del área de los árbitros. En un año y medio al frente de este colectivo he puesto a todos los árbitros a desarrollar su función, es decir, a arbitrar. Anteriormente había un grupo que pitaba y otro que no lo hacía porque no dejaban ascender a los demás. Otro aspecto importante son las nuevas vocaciones arbitrales y con orgullo puedo decirte que he promovido a 6 árbitros nuevos. También hemos incorporado a la mujer a este colectivo, se trata de Begoña Lorente Ortiz que se ha formado bajo mi dirección, es decir, guiándola suelta tras suelta.

¿Crees que ha habido “amiguismo” en este colectivo?

Sin duda, por hay que separar bien las funciones y un árbitro, por ejemplo, no debe bajo ningún concepto volar los palomos de ningún otro palomista. Eso debe terminar.

-La lista ganadora puso énfasis en la cantidad de palomos que deben participar en los concursos, no sobrepasar los 95-100. ¿Por qué hay concursos locales que superan esas cifras?

Son los Presidentes y Secretarios de los clubes de colombicultura los que deben poner orden, presentar chapas, registrarlas en un libro y así evitar el robo de palomos. Hemos hecho inspecciones y de momento hay un club que no ha cumplido con esta normativa por lo cual se va a sancionar a ese club y al árbitro responsable del concurso. Y seguiremos con las inspecciones porque la norma es beneficiosa para todos.

Antonio, con qué mensaje te gustaría despedirte de los lectores de Palomos Santa Pola?

A bote pronto haré hincapié en dos: el primero es respecto a un déficit que debemos solucionar y es que estamos promocionando poco este deporte autóctono valenciano y si no se acerca gente joven puede llegar a extinguirse. Nuestra disciplina deportiva es cara y hay que ayudar a los jóvenes en sus inicios porque si no es muy difícil que se integren. La gente se hace mayor, deja la competición y los clubes quedan sin actividad, y la segunda es lo que los directivos que conducen los destinos de la Federación tenemos la obligación de hacer todo con mucha transparencia. Es por el respeto a la gente que nos ha votado y que nos ha elegido.

Antonio Miguel consulta su reloj y recuerda que faltan pocos minutos para iniciar la suelta de un Concurso Comarcal. Nos despedimos y me queda la sensación de que tenía muchos temas más que analizar. De todos modos ya habrá tiempo para ello. Ahora un grupo de gestores, entre los que él se encuentra, tienen la inmensa tarea de dirigir los destinos de la colombicultura en la Comunidad Valenciana. Enorme responsabilidad y ojala sea para beneficio del gran protagonista de esta disciplina, el palomista.