El martes 11 de marzo se disputó la tercera suelta del Concurso Antonio Baile “El Miano”, organizado por el Club Virgen del Mar de Palomos Deportivos y desde esa fecha la Federación Colombicultura de la Comunidad Valenciana suspendió todas las actividades debido al Covid 19.

Los palomistas locales se abocaron rápidamente a la cría de ejemplares de palomos deportivos ante la incertidumbre del reinicio de de las competiciones. Andrés Esclapez, (Peña La Escata), es palomista con 50 años de experiencia en este mundillo y expresa que “la cría del palomo se realiza durante todo el año, menos desde agosto a octubre que es cuando se produce la muda o cambio de plumas y debido a ello se cría menos. Lo importante de la cría es implantar una línea de palomos de raza o de nivel, ante lo cual hay que observar y probar entre padres y madres y según tus gustos perfilar un palomo que vaya bien a la paloma, que trabaje bien en el suelo, en los árboles o sea un atleta completo, es decir, buscar las características que uno desea.

La proporción que surge de 50 palomos picados es que se pueden aprovechar 10 y si se pican 10 se tienen menos opciones. Para ello hay dos caminos: el dinero, con el que se puede adquirir buenos ejemplares u obtener buenas crías. La paloma cada 8-9 días pone huevos, a una pareja buena se le pueden sacar 5-6 posturas, período desde que la paloma pone huevos hasta que se separa de sus pichones, y cada dos meses una pareja puede reproducir dos pichones.

Durante los meses de febrero, marzo, abril, mayo y junio es cuando mejor se cría, en noviembre ya hay disponibles anillas para el año siguiente y las parejas de reproducción se quitan en el mes de mayo. Los pasos metodológicos para la cría de palomos deportivos son: cría + picas + selección + competición = constatación de hasta donde puede llegar un ejemplar.

Podríamos resumir que el proceso de la cría consiste en probar con varias líneas hasta encontrar el modelo de palomos a los que se aspira y está comprobado que el mejor estado de forma de un palomo aparece durante la segunda temporada competitiva en adelante.

El ejemplo personal lo tengo con un palomo que se llamaba Pasodoble, un gabino de rojo que logró un gran curriculum, clasificando en concursos realizados en Santa Pola para campeonatos como Provincial, Intercomarcal y en el segundo año como competidor fue campeón comarcal e intercomarcal y participó en el provincial”.

La cría de palomos deportivos es un oficio desconocido y complejo y que cuenta con casi de un centenar de palomistas en la villa marinera que se dedican a ello con gran énfasis y dedicación. Se estima que un total de diez mil palomistas están federados en la Comunidad Valenciana.